Muchos piensan que en el desarrollo de un producto lo más importante es el contenido, el producto en sí, y tienen razón… solo a medias: si a un buen contenido no le acompaña un buen continente, el producto habrá desperdiciado muchas de sus potencialidades de éxito. El diseño del envase, el nombre del producto, su etiqueta… condicionan de forma directa el éxito de su venta.
De modo que si eres apicultor y cosechas artesanalmente una miel exquisita que quieres “lanzar” al mercado, tienes ya una parte de lo que necesitas, pero el camino no ha hecho más que empezar… Tienes que ponerle un nombre, una tarea tan complicada como trascendente; tienes que pensar en los canales de venta que permitirán a tu producto llegar sin obstáculos a los consumidores, y tienes que pensar en el envase… ¿qué forma ha de tener? ¿de qué material estará hecho?¿qué debe poner en la etiqueta?¿cómo hacerlo para que sea atractivo en el lineal y el consumidor final elija mi miel en vez de otras más conocidas, más baratas…?
No te agobies… tú preocúpate de las abejas, que no es poco, y deja en manos de profesionales el resto del trabajo, pero no menosprecies la importancia del packaging, su importancia podría llegar a ser más importante que el producto en sí.