Los rótulos conforman la memoria de las calles e integran el ADN de ciudades y pueblos, pero están desapareciendo al ritmo imparable del cierre de las persianas de pequeños comercios, bares de toda la vida, antiguas peluquerías de barrio y otros negocios, que enriquecían el paisaje visual cotidiano de los vecinos y la biodiversidad urbana. Se están perdiendo irremediablemente fagocitados por la globalización, porque además no gozan de protección alguna y se enfrentan a numerosas amenazas, como los sucesivos usos de los locales y la evolución de las exigencias normativas, que son causa de la pérdida de muchos de ellos. Y desaparecerían irreversiblemente si no fuera por la impagable labor de las cada vez más numerosas organizaciones que están trabajando activamente por su conservación. La singularidad con que cada uno de ellos competía por ganarse la atención de los transeúntes, sus colores, tipografías, tamaños, diseños… los convierte en objeto de deseo de estos rescatadores urbanos, conscientes de la importancia de cuidar los paisajes visuales y culturales de ciudades y pueblos.
Desde Santander, Santatipo, con Federico Barrera al frente, trabaja en la preservación y difusión de los rótulos y la gráfica comercial de Cantabria; en Zaragoza, operan Jairo Abella y Marta Blasco, en cuya plataforma Zaragoza Letters reivindican el rótulo antiguo y el arte de la tipografía como estandarte de la publicidad a pie de calle, ofreciendo un punto de encuentro para los amantes de rótulos y cartelería comercial, además de un repositorio de rótulos antiguos zaragozanos para evitar que se pierdan. Ricardo Barquín trabaja en la misma dirección desde Sevilla, enfrentando en Sevillatipo las amenazas añadidas al patrimonio gráfico procedentes de la progresiva presión turística, que acelera la pérdida de comercios históricos en el centro de la ciudad.
Y no son las únicas: Bilbao, Valladolid, Granada, Valencia o las Islas Canarias se esfuerzan desde la escena local con el objetivo global compartido de salvaguardar toda esa riqueza que constituye el Patrimonio Gráfico de nuestras calles, y que les llevó a crear en 2020 la Red Ibérica en Defensa del Patrimonio (http://patrimoniografico.org/) “un lugar de encuentro para todas las personas interesadas en las cuestiones urbanas, las vidas de sus barrios, y todo aquello que define las identidades de nuestras ciudades”. Una espléndida iniciativa, abierta a la colaboración ciudadana, que permite compartir y difundir el conocimiento acumulado en todo el país, al tiempo que aumenta la conciencia y la sensibilidad sobre la importancia de conservar esta rica faceta del patrimonio urbano. ¿Quién se apunta?