En tiempos en los que se hace más necesaria que nunca la naturalización de las calles de nuestras ciudades y nuestros pueblos, cada vez surgen más ideas para ponerlo en marcha. Ayuntamientos como el de Huesca desarrollan un ambicioso proyecto de “islas de biodiversidad” en alcorques y parterres urbanos; Valladolid crea pequeños jardines verticales, toldos ajardinados y tejados vegetales, para refrescar sus calles y dar cobijo a los polinizadores y a las aves; y Budapest gana espacios verdes en lugares insospechados, como las marquesinas, que además emiten música generada a partir de las plantas.
Las agencias encargadas del proyecto, ACG y la ONG E. ON Hungary Group, han creado verdaderos oasis vegetales en pleno centro de la ciudad con el fin de concienciar sobre la necesidad urgente de frenar el cambio climático. Para ello, se han instalado espléndidos jardines en dos de las paradas más transitadas y contaminadas de Budapest, las plazas de Széna y Szent Gellért para que los pasajeros no sólo se adentren en la naturaleza sino que se vean envueltos por sus sonidos gracias a una tecnología que recoge y emite las biovibraciones vegetales.
[Fuente y foto: controlpublicidad.com