El pasado 9 de mayo un destacado plantel de expertos se reunía en Valladolid para abordar el contexto, el impacto de las políticas culturales locales y los caminos para revitalizarlas devolviéndoles el liderazgo. Porque aunque siempre es tiempo de repensar la política ligada a la cultura, el momento actual no puede ser más idóneo, cuando acaban de cumplirse cuarenta años de los ayuntamientos democráticos y vivimos en pleno periodo electoral.
Queríamos que la imagen corporativa que se nos encomendaba recogiera ese espíritu revitalizador e ilusionado. Una gran “C” representa “La Cultura”, marcada por el dinamismo cromático, con esas esferas (‘políticas’) que parecen querer desplazarse de un extremo a otro: de un color conservador y frío, a un color muy positivo, enérgico, sociable y optimista, el “living coral” que Pantone ha proclamado “color del año”. Las esferas, símbolo de la totalidad, de las tres dimensiones, constituyen, además, un espléndido recurso gráfico que hemos desarrollado en el resto de los elementos gráficos del evento: programa, acreditaciones, banderolas… Hemos huido de los recursos más figurativos, que distorsionarían y acotarían los temas del “encuentro”: sostenibilidad, prácticas, leyes, cambios sociales, cooperación, etc.
Uno de esos trabajos en lo que se pone ese algo intangible más, porque la recuperación de la cultura en la vida local es una necesidad y un deseo que compartimos.